Concierto para clarinete K622 de Mozart con Daniel Ottensamer

Si hablamos de Mozart y del clarinete, nos vienen rápidamente dos obras fundamentales en el repertorio de este instrumento: el Quinteto y el Concierto K622. Hoy nos ocuparemos del segundo, una obra cumbre por muchos motivos.

Dentro de los conciertos para instrumentos de viento, Mozart compuso para clarinete, fagot, trompa, flauta y arpa con flauta. El más redondo y brillante es el que nos ocupa hoy.

Momentos difíciles para Mozart, últimos meses de vida, se le acumulan obras y encargos. En unos meses finaliza el Quinteto y el Concierto para clarinete así como la Flauta Mágica y el Réquiem, casi nada. El concierto K622 supone una exploración de las posibilidades del clarinete, de su sonoridad, su ternura y su desatado virtuosismo.

Compuesto en 1791, escrito para el acompañamiento de dos violines, dos violas, violonchelo y contrabajo, dobles en fagots, flautas y trompas (hoy en día, se interpreta con mayor número de cuerdas).

Cuenta con tres movimientos: allegro, adagio, rondo allegro y tiene una duración de unos 30 minutos. En el allegro, el clarinete participa desde el primer compás, al unísono del primer violín, momentos llenos de brillantez que recuerdan al allegretto del Quinteto. Mientras que el hermoso cantabile del adagio nos recuerda al larghetto del Quinteto. Finalmente, el rondo allegro, con el clarinete exponiendo el tema desde el principio, supone momentos llenos de virtuosismo y brillantez. Supone un claro valor de testamento espiritual como una de las últimas obras de Mozart.

Mejor que describir lo que supone poder escuchar esta obra, te invito a que escuches la versión que te proponemos. Debajo del vídeo, algunos detalles de los intérpretes.